miércoles, 25 de noviembre de 2020

Inauguración de la Base de Castrillo del Val

En la anterior entrada, hacíamos mención a la presencia de la salida de una etapa de la Vuelta a España, desde la Base militar de Castrillo del Val. Un cuartel moderno, que como comentamos en su momento, fue considerado un "ejemplo de planificación castrense en Europa" y todavía hoy son unas instalaciones ejemplares y de gran importancia para las Fuerzas Armadas.
 
 
Placa conservada en la Base Cid Campeador de Castrillo del Val (Burgos)

A través de la noticia aparecida el 11 de junio de 1976, en el Diario de Burgos vamos a recordar como fue la inauguración de la Base "Cid Campeador".

EL REY PRESIDIO LA INAUGURACION OFICIAL DE LOS NUEVOS ACUARTELAMIENTOS DE BURGOS 

Su Majestad el Rey D. Juan Carlos I inauguró ayer los nuevos acuartelamientos de la guarnición, en Castrillo del Val y dio por concluida su visita con motivo de la fase final del ejercicio táctico «Burgos-76», reiterando su felicitación a las Fuerzas Armadas por la perfecta ejecución de dichas maniobras militares (primeras que presencia como Monarca y capitán general de los Ejércitos) al tiempo que prometió a las autoridades civiles una próxima visita a Burgos en el primer viaje que en su condición de Rey, hará a Castilla la Vieja y a su Cabeza. 


RECEPCION A S. M. EN LOS NUEVOS CUARTELES 

El joven Monarca, que había pernoctado en el «Landa Palace», madrugó como acostumbra, despachando con el jefe de su Cuarto militar, teniente general Sánchez Galiano y el jefe de la Secretaría de S. M. general Armada y recibiendo así mismo al ministro del Ejército, teniente general Álvarez Arenas. Se interesó también por las informaciones que daban cuenta del desarrollo de las maniobras y a la hora del desayuno invitó, además, a un antiguo amigo, el capitán de Caballería de la sección del Depósito de Sementales, don Manuel Bouza. 

Poco antes de la hora prevista para el acto inaugural de los nuevos acuartelamientos, el Soberano ocupó su helicóptero que pilotó personalmente, dirigiéndose con el ministro del Ejército y séquito de la Casa Real, a Castrillo del Val. 

A las diez en punto de la mañana, el aparato sobrevolaba el moderno cantón y aterrizó en una zona próxima al Patio de Amas del Regimiento de Infantería San Marcial número 7, donde el Rey, que vestía uniforme de capitán general de los Ejércitos, fue cumplimentado, por el capitán general de la sexta región militar, teniente general Prada Canillas, a quien acompañaba el jefe de su Estado Mayor, general Cortecero Martínez, pasando a ocupar el “jeep” presidencial en el que D. Juan Carlos se dirigió al patio de Armas en el que formaban los Regimientos de infantería «San Marcial» número 7, Acorazado de Caballería «España» número 11 y Artillería de Campaña número 63, al mando dichas unidades del general Hernández Ballesteros, jefe de Brigada de Artillería para Cuerpo de Ejército. 

Estas fuerzas, con sus respectivas escuadras, insignias y banda de música del Gobierno militar de la plaza, rindieron los honores de ordenanza al Monarca que pasó a ocupar el pódium desde donde escucho como una batería del Regimiento de Artillería efectuaba las salvas de ordenanza. 


El Rey pasó revista a las tropas y tras saludar después al jefe del Estado Mayor Central, teniente general Villaescusa Quilis y jefes de los Regimientos de San Marcial, Caballería, y Artillería, coronel Vicente Izquierdo, teniente coronel Brenes y coronel Menarguez, respectivamente, presentó también sus respetos al arzobispo de la diócesis, Dr. García de Sierra, saludando al ex-presidente de las Cortes y del Consejo del Reino, Sr. Rodríguez de Valcárcel, Medalla de oro de la ciudad; gobernador civil de la provincia señor Gay Ruidíaz, presidente de la audiencia territorial señor Huidobro, teniente fiscal señor Segurado, presidente de la diputación señor Carazo (don Pedro), alcalde de la capital señor Muñoz Ávila, exalcalde de Burgos y exsubsecretario de la vivienda señor Dancausa, medalla de oro de la ciudad; subjefe provincial señor Ocio, alcalde de Irún señor Bergareche, comandante aeronáutico militar señor Díaz Fernández, delegado de Hacienda señor Laborda, vicario general de la diócesis señor Proaño, alcalde de Castrillo del Val señor García Revilla, secretario particular del prelado señor Gómez y capellán de Capitanía y párroco de San Lorenzo señor Gómez Moradillo. 

Igualmente, su Majestad, saludó al presidente de la Junta central de Acuartelamiento teniente general Guiloche, director general de la Guardia Civil teniente general Campano y a los tenientes generales que como este último ostentaron el mando de la Capitanía general de Burgos señores Marin de Bernardo, Cores Fernández-Cañete, Pérez de Loma y Olivares Baqué. 


Bendición de los nuevos cuarteles. 

El rey pasó seguidamente a ocupar la tribuna presidencial instalada a la entrada del pabellón de mando de San Marcial acompañado del ministro del Ejército del capitán general de Burgos de teniente general jefe del Cuarto Militar Real y ayudantes de campo de S.M. y del ministro. 

En tribunas laterales se encontraban a Corporación municipal burgalesa con su estandarte, maceros y sección de honores de la policía municipal en uniforme de gran gala, primero y segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Irún, señores Amadoz y Semper, generales de la guarnición, entre ellos los jefes de servicio de la sexta región, generales que ostentaron el mando de “San Marcial” señores Rodríguez Pérez y López del Pecho de “España” señor Ordovás, general director gerente del servicio militar de construcciones señor Scandela y otros miembros del generalato, expresamente invitados al acto. 

Igualmente se hallaban presentes el director técnico del servicio militar de construcciones coronel Palacios, jefe de la comandancia regional de obras teniente coronel Navarro y demás personal de ambas plantillas, primeros jefes de cuerpos, centros, dependencias y servicios militares de la plaza, vicario general castrense y capellanes militares, mandos de la inspección de obras, de ingenieros y representaciones de la Guardia Civil, Policía Armada, cuerpo general de Policía y Policía municipal, retirados de las tres armas que radican en Castrillo del Val, jefes, oficiales y suboficiales francos de servicio de las mismas y ocupando lugar de honor, las personas físicas o jurídicas que ostenta la Medalla de Oro de la ciudad y de la provincia. 

El acto inaugural se inició con la ceremonia de bendición de las nuevas instalaciones militares a cuyo fin el Prelado, revestido de sus ornamentos pontificales ofició en el ritual litúrgico auxiliado del clero asistente y en primer lugar del vicario general y secretario particular del doctor García de Sierra y capellanes de dichos regimientos. La ceremonia tuvo lugar en un altar instalado en el centro del patio de armas. 


Homenaje a los caídos. 

Finalmente se dedicó un emotivo homenaje a los soldados caídos en el campo del honor y personificados en el monolito erigido en el patio de armas a la memoria de los infantes muertos. 

En medio de impresionante silencio y a los acordes de una marcha fúnebre musical avanzó hacia el monolito, a paso lento, portando tres coronas de laurel una formación mixta de los tres Regimientos, presidida por el Caballero Laureado de San Fernando, don Alfiloquio González García, comandante de infantería, Caballero Mutilado de Guerra por la patria quién perdió su brazo en combate. 

Al toque de oración depositaron las coronas con cintas de la bandera española, al pie del monumento mientras su majestad y todos los mandos hacían erguidos el saludo militar, tronaba el cañón, las fuerzas presentaban armas y enseñas, y sonaba vibrante el toque de oración en recuerdo de los muertos en campaña, toque conjuntado por la banda de músicos del Gobierno militar y las bandas de cornetas y tambores de los antedichos Regimientos. 


Desfile militar 

Las fuerzas regimentales desfilaron luego ante Su Majestad y al llegar a la altura del arengario Real los porta insignias rindieron estas a la altura del Monarca y comandante en Jefe de los Ejércitos. La bandera de San Marcial y los estandartes de Caballería y Artillería mostraba en sus pliegues los corbatines de la Medalla de Oro de la Ciudad. 

Visita al acuartelamiento 

Después, don Juan Carlos I, ministro del Ejército, capitán general, y demás altos mandos invitados recorrieron en jeep y a pie las instalaciones exteriores y algunas interiores del moderno acuartelamiento cuyos pabellones principales aparecían exornados de banderas, gallardetes y reposteros. 

El Rey se detuvo especialmente a conocer algunas compañías que ofrecen una distribución ajustada al actual modelo europeo, y también recorrió las zonas de servicios básicos, incluida la central térmica dónde se reúnen las instalaciones de producción de agua caliente para duchas y de producción de vapor destinado a lavandería, descalcificadora de agua y calderas alimentadoras del sistema de calefacción general, central de transformación de energía eléctrica, etcétera. 

Los tres cuarteles se han proyectado para una plantilla de tiempo de paz, estimada en unos tres mil hombres, y susceptible de ampliación. 

El Monarca se interesó por las explicaciones que le ofreció el capitán general sobre las particularidades de los nuevos acuartelamientos que, como es sabido sustituyen a los anteriores liquidados en la llamada “operación cuarteles”, tras el convenio suscrito entre el Ejército y el Ayuntamiento para satisfacer las necesidades de servicio y beneficiar el desarrollo del moderno urbanismo de la capital. 

Desde el recinto exterior, vecinos de Castrillo y de otros pueblos de la comarca saludaron al Rey con gritos de ¡Juan Carlos! ¡Juan Carlos! a los que respondió su majestad moviendo los brazos y emocionado. 


Agasajo final. 

Por último, en el ómnium (polideportivo cubierto) se sirvió una copa de vino español, y el amplio pabellón reunió a todos los asistentes e invitados que dispensaron una cálida acogida a su Majestad a llegar al edificio para compartir unos momentos de confraternidad, con las profesionales de las Armas, y cambiando impresiones con las primeras autoridades civiles y concejales de la capital, además de la representación municipal de Irún. Don Juan Carlos I reiteró al gobernador civil de la provincia, alcalde y presidente de la Diputación la satisfacción que le había deparado este primer viaje militar a tierras burgalesas en su condición de Jefe del Estado y anuncio su propósito de volver en visita exprofeso a la cabeza de Castilla. 

A las una de la tarde y tras haberse despedido de las expresadas autoridades y del capitán general de la región, al que reafirmó su contento por las jornadas vividas, el rey montó en su helicóptero, en compañía del ministro del Ejército, jefe de la Casa Real y demás personalidades del séquito, remontando el vuelo para dirigirse a Madrid y pilotando la aeronave que, en 50 minutos, le dejaría al pie del Palacio Real de la Zarzuela. Así concluyó la jornada, y desde Castrillo del Val las autoridades y mandos militares regresaron a sus puntos de procedencia.