lunes, 23 de junio de 2014

Noticia: Defensa recurre a inmobiliarias privadas para vender Artillería

El Ministerio de Defensa intenta otras vías para intentar deshacerse de las propiedades que ya no quiere. Si en otros tiempos fue capaz de hacer lucrativos negocios con la venta de solares y edificios en Burgos, ahora el momento inmobiliario se ha vuelto en su contra y le cuesta desprenderse de sus bienes porque nadie puja por ellos. Quizás por eso el antiguo Parque de Artillería, en la calle Severo Ochoa, aparece anunciado en al menos un par de portales de venta de activos inmobiliarios en internet. Se trata de Addmeet y OpenBex, y en ambos figura la puesta a disposición de los interesados sin un precio concreto (sale a subasta)de un enorme solar de casi 50.000 metros cuadrados.

En concreto, son 48.875 situados en las traseras del acuartelamiento Diego Porcelos, que contarán con esa misma edificabilidad y una ocupación de cerca de 20.000 metros cuadrados (aunque en OpenBex figura con 14.425).

El mismo anuncio lo tiene en su web el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied), pero los portales privados ejercen de complemento para publicitarlo y fuentes del propio Ministerio aclaran que «no se trata de algo extraordinario». Tampoco es una novedad reciente, pues las últimas actualizaciones de los respectivos anuncios datan de mayo y julio de 2013.

Fue por aquellas fechas cuando se supo que Defensa vendería al mejor postor los viejos cuartel y talleres, y desde entonces no ha encontrado comprador. Tal y como figura en el anuncio del Invied, el terreno está calificado como suelo urbano no consolidado, con uso residencial en el que además habrá un 50% de viviendas de protección, para un total de 342 previstas. En uno de los anuncios de los portales privados se especifica que será compatible con algún uso comercial y que los inmuebles tendrán un máximo de 4 plantas.

En su día se habló de que el aprovechamiento residencial se repartiría entre ocho edificios distintos, y una noticia de la agencia Ical que citaba fuentes del Ministerio hablaba de obtener unos 300 euros por metro cuadrado, lo que reportaría unos ingresos de entre 13 y 15 millones de euros a las arcas públicas.

Aunque nunca se han hecho públicas las ofertas recibidas, si es que ha habido alguna, a Defensa le está resultando complicado encontrar un comprador que llegue con esas cantidades y el anuncio sigue vigente más de un año después.

Con la complicación de su venta se sigue demorando la esperada transformación urbanística del entorno, una actuación en la que los vecinos de Fátima-Juan XXIII y el parque de los Poetas pusieron muchas esperanzas en su momento, pues suponía una oportunidad de mejora para el entorno, la creación de un nuevo vial de salida de la calle Lavaderos hacia la avenida de Castilla yLeón y la eliminación, en definitiva, de un espacio perdido para los ciudadanos al que ahora nadie puede acceder.


Vaivenes de protección

Inicialmente Defensa iba a construir allí viviendas de precio libre siguiendo los ejemplos de los antiguos chalés de Aviación o el Dos de Mayo. Sin embargo, el entonces ministro de Defensa José Bono anunció durante una visita a Burgos que un porcentaje de los pisos que allí se levantaran sería para VPO, y posteriormente Carme Chacón extendió la protección a todas las viviendas.

Pero llegó el cambio de Gobierno, y de ciclo económico, y argumentando que la crisis obliga a mejorar las condiciones de venta el Ministerio de Defensa recortó las VPO hasta el 50%.

Con su oferta a subasta pública se da marcha atrás también en los planes iniciales de encargar la promoción de las viviendas a la Entidad Pública Empresarial de Suelo (Sepes), dependiente del Ministerio de Fomento. La firma del convenio con Defensa se daba por hecha en 2011, cuando incluso se fijó en 3 millones de euros el precio que Fomento iba a pagar a Defensa por el suelo, con la excusa de que Ley de Patrimonio no permite transferencias gratuitas de bienes entre organismos, aunque sean de la misma administración.

Ahora, y tras el agujero que la llamada ‘Operación Campamento’ (en Madrid) ha provocado al Sepes, el Invied trata de vender por su cuenta el viejo cuartel de Artillería.

H.J. / Diario de Burgos - lunes, 23 de junio de 2014

domingo, 15 de junio de 2014

Noticia: Edificios militares en desuso



El Ministerio de Defensa ha sacado a la venta la parcela ubicada en el número 120 de la calle Vitoria tras quedar desierto el proceso de subasta por ausencia de ofertas. El precio fijado para esta propiedad de 1.044 metros cuadrados es de 580.893 euros, lo que supone una rebaja del 15% con respecto al precio de salida en la subasta prevista para principios del mes de octubre y que finalmente no se celebró.

La gestión de la operación está en manos del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa, organismo encargado del ambicioso plan de venta de propiedades en España pertenecientes a este Ministerio.

En el caso de la parcela ubicada en la Barriada Militar, que acogió a principios de los años 50 del pasado siglo la Academia Preparatoria Militar y posteriormente un cuartel general artillero y las oficinas Invifas, sale al mercado con la calificación de urbana.

En la parcela se ubica un edificio de dos plantas repartidas entre dos alas paralelas presidida por una torre y que cuenta con una superficie edificable de 650 metros cuadrados.

En la parte trasera del terreno que sale a la venta se encuentra una capilla castrense, hoy desacralizada, que ofrece una superficie edificable de 167 metros cuadrados.


Presidida por dos garitas de vigilancia y con una zona ajardinada, esta instalación militar lleva en desuso varios años.

Entre los interesados por su recuperación estuvo el artista y concejal Cristino Díez, quien pensó en este lugar para ubicar una galería de arte contemporáneo abierta a los artistas locales y cuyo mantenimiento se realizaría a través de la explotación de una cafetería y una tienda especializada en arte. El elevado precio de la subasta desanimó al artista.

La Universidad online Isabel I de Castilla también mostró su interés por el inmueble para ubicar allí su sede.

G. Arce / Burgos - jueves, 10 de octubre de 2013 Diario de Burgos

NUEVA SEDE DEL MUSEO MILITAR DE BURGOS


El Museo Militar de Burgos cuenta, desde el 17 de mayo de 2014, con una nueva sede en los locales del Palacio de la antigua Capitanía General.

El traslado del museo desde el Acuartelamiento "Diego Porcelos" a su nueva ubicación se realiza en virtud de un convenio de colaboración firmado entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Burgos en 2013.

Con él pretende acercar el museo a los burgaleses, mostrar a todos sus visitantes el Patrimonio Histórico y Militar en unas condiciones acordes con los nuevos criterios museísticos y facilitarles el acceso a un edificio emblemático de la ciudad.

El museo conserva multitud de recuerdos y objetos pertenecientes a antiguas unidades militares vinculadas con Burgos y su antigua Región Militar. En particular, una magnífica colección de banderas cargada de simbolismo e historia y otra de armas ligeras.


La nueva instalación cuenta con cinco espacios expositivos:

BURGOS, PLAZA MILITAR: a la entrada, un gran desfile militar en miniatura nos da la bienvenida y una maqueta nos muestra el valor y el esplendor del que hoy es sólo un lugar de esparcimiento ciudadano: el Castillo de Burgos.

LA VIDA MILITAR: en este espacio, uniformes, militaria, instrumentos científicos , material de transmisiones y de sanidad nos hablan de la evolución del Ejército y de la diversidad de la profesión militar a través del tiempo. Entre las piezas que se muestran destaca una máquina de cifrado ENIGMA que se ha incorporado para la ocasión a la colección permanente del museo.

EL EJÉRCITO EN BURGOS: hoy han desaparecido muchas Unidades y Cuarteles familiares para los burgaleses y que en otro tiempo formaban parte de la vida y la fisonomía de la ciudad, pero su recuerdo permanece en el museo a través de imágenes, objetos artísticos y enseñas. Entre ellos, un gran cofre, obra del orfebre local Maese Calvo, destinado a contener el Libro de Caídos del Regimiento San Marcial.

ACCIONES DE GUERRA: esta sección se dedica a los episodios históricos más recientes en los que han participado nuestros soldados a a la labor que hoy realiza nuestro Ejército. Temporalmente se muestran en ella cuatro piezas emblemáticas, lo que supone una buena ocasión para conocerlas: dos cuadros de Mariano Bertucci de temática africana, el sable del guerrillero Juan Martin "El Empecinado" y un dolmen perteneciente a Jerónimo Merino, "El Cura Merino", ambos destacados protagonistas de la Guerra de la Independencia.

SALA DE BANDERAS: Esta sala, la más cargada de simbolismo, permite descubrir la evolución de la Enseña Nacional a través de las Banderas y Estandartes que enarbolaron diferentes Unidades asentadas o vinculadas con Burgos.


En un futuro no muy lejano está prevista la ampliación del museo para así poder exponer su magnífica colección de armas ligeras, tanto individuales como colectivas.

El museo comienza esta nueva andadura con vocación de contribuir al mejor conocimiento del patrimonio histórico militar, una parte más de la vida en común de todos los españoles.



Horario:
DE MARTES A VIERNES DE 10:00 A 14:00 Y DE 17:00 A 20:00 HORAS Visitas guiadas concertadas
SÁBADOS DE 10:00 A 14:00 HORAS --------- LUNES, DOMINGOS Y FESTIVOS CERRADO

la ciudad de los cuarteles

Pasado y presente del Ejército
La ciudad de los cuarteles
H.J. - domingo, 27 de marzo de 2011 Diario de Burgos

Por las tardes el Espolón era un espacio militarizado. Apuestos soldados cortejaban a las muchachas más modestas y los mandos dedicaban sus esfuerzos a las damas de alta alcurnia. Entre las 7 y las 9, el centro de la ciudad, entonces de reducidas dimensiones, quedaba invadido por pelotones de jóvenes que estaban haciendo la mili en Burgos y que gastaban en bares y comercios el poco dinero que tenían.

A mediados de siglo, a caballo entre las décadas de los 50 y 60, la visión de uniformes por todas partes hizo bueno el tópico que adjudicaba a la Cabeza de Castilla la fama de ser una ciudad de curas y militares. Al toque de retreta, los reclutas regresaban corriendo a sus instalaciones so pena de ser sancionados si se retrasaban lo más mínimo, y la ciudad volvía a esperar hasta que al día siguiente regresara el espectáculo de aquellos vecinos temporales.

En Burgos y sus Cuarteles, de Miguel Merino Megido (Obra Social de Cajacírculo, 2002), se recoge la existencia simultánea de 16 cuarteles entre los años 1957 y 1963. Hay quien asegura que entre sus paredes convivieron entre 7.000 y 10.000 hombres, pero el general Merino calcula que el volumen real rondaba los 5.000. «Lo que pasa es que se les veía mucho, porque estaban en la propia ciudad, porque salían todos a la vez, porque iban uniformados y porque la población total era muy inferior a la de ahora», añade. Según el INE, el censo de Burgos por entonces rondaba las 75.000 personas. Más del 6% de los habitantes era, por tanto, militar.

Semejante volumen necesitaba de lugares donde dormir, comer, adiestrarse y esparcirse. Así que el ejército empleó cientos de hectáreas y condicionó decisivamente los barrios, las calles y las manzanas que hoy en día conocemos.

La estrecha relación de Burgos con el urbanismo militar comienza en el siglo XVIII, cuando tras un incendio devastador en el Castillo el rey Carlos III ordena levantar lugares para alojar tropas fuera del recinto amurallado. Surgiría así el primero de los cuarteles, el de Caballería de la calle Vitoria, que ocupaba el solar situado frente a la actual estatua del Cid, al otro lado del Teatro Principal, y llegaba hasta la calle Gran Teatro. El edificio desapareció en el año 1937, pero le siguieron muchas otros.

Imaginemos un paseo por el Burgos de 1960, el que muchas veces pudo dar el general Merino, comenzando en la propia plaza del Cid. A nuestra derecha estaría la "nueva" Caballería, en el solar que hoy acoge el Complejo de la Evolución Humana. Allí había 800 caballos. Cuentan que cuando salían a ejercitarse hacia Fuente Prior y el primer ejemplar llegaba a su destino, el último aún no había salido de San Pablo.

Pero no nos entretengamos con los equinos. Tomamos calle Vitoria arriba y veremos, a la izquierda, el cuartel Fernán González, en la zona de Regino Saiz de la Maza. Frente a él, el que llamaban Cuartelillo de Automovilismo y luego Infantería, en Villa Pilar. Y poco más arriba, donde ahora está hacienda, el cuartel Rodrigo Díaz de Vivar, con su espectacular tímpano triangular similar al de Fernán González que muchos años después sería trasladado a la base de Castrillo del Val.

Si volvemos a asomarnos a la orilla del río veremos nuevamente caballos en el cuartel de Sementales, en la Quinta, donde hasta hace unos días estaba el puente Gasset (rebautizado como el puente de la Evolución). Y en cuatro pasos más nos plantaremos en la plaza del Rey.

A partir de ahí comenzaba la Barriada Militar a la derecha en dirección norte, después el cuartel de Automóviles del 2 de Mayo junto a El Plantío, y frente a él la Ciudad Deportiva Militar y la Residencia de Oficiales. Al otro lado, a la izquierda, la afamada Academia de Ingenieros y, en sus traseras, Santa Bárbara completaba la cuadrícula militar. En total, dos kilómetros y medio de presencia continuada del ejército que quedaba rematada 4 kilómetros más arriba con las instalaciones del aeropuerto de Villafría, que pertenecía al Ejército del Aire. Teniendo en cuenta que aún no hemos hablado del Hospital Militar, la Sanidad Militar, Veterinaria, la Farmacia Militar o San Francisco, que quedaban al oeste de la ciudad, ningún burgalés o visitante de la época podía tener dudas de que aquella era una ciudad de cuarteles.