domingo, 27 de noviembre de 2016

La “operación urbanística del siglo”

Las grandes operaciones urbanísticas ligadas a los antiguos cuarteles, llegaron en los años setenta del siglo XX, con la “operación urbanística del siglo” o “el problema del siglo”, que fueron la venta de los antiguos cuarteles de la calle Vitoria y el de Caballería. Este tema ha sido ampliamente tratado por el Dr. Gonzalo Andrés (Andrés, 2004 tomo 2: 213-238), por lo que la visión que aquí se expone, está centrada en los datos de la hemeroteca digital de La Vanguardia y ABC.

Desde los años sesenta el Ejército necesitaba salir del entorno urbano para contar con las instalaciones adecuadas a los nuevos medios y la Ciudad necesitaba unos terrenos muy valiosos para su crecimiento urbanístico. Pero los cuarteles tardarían en desaparecer veinte años, desde que se empieza a hablar del problema que suponen hasta su desaparición. Muestra de ello son las constantes referencias que muestra la hemeroteca del Diario de Burgos. En una noticia, el que fuera alcalde de 1960 a 1965, Honorato Martín-Cobos manifestaba: "...Yo espero que para 1962 pueda estar abordada esta transcendental iniciativa del capitán general Martín de Bernardo debido a que los nuevos materiales de artillería -por sus dimensiones y peso- ya no pueden estar instalados en el centro de la ciudad (...) El traslado de los cuarteles es la obra sustancial del siglo, clave de una gigantesca transformación urbanística de la ciudad".

Fotografía de postal. Comitiva militar a su paso por el cuartel de Artillería "Fernán González", en la C/ Vitoria. Foto Vadillo, AMBu, FO -2044



En 1964 en el periódico nacional La Vanguardia aparece la noticia (1) “Los cuarteles de Burgos dificultan la expansión urbana”. Tras una visita a Burgos del Ministro del Ejército Camilo Menéndez Tolosa, que había sido Capitán General de la región, expuso la posibilidad del desplazamiento de los cuarteles que, ubicados en lugares estratégicos del interior de la ciudad, imposibilitan en muchos casos la expansión urbanística. El problema ya se había denominado como la operación burgalesa del siglo y el propio alcalde había declarado “No olvidemos que es una cuestión substancial para el desarrollo de la ciudad, y por lo tanto, no la perdemos de vista, dispuestos para actuar en el momento oportuno”. También hace mención a que una operación de esta envergadura requiere muchas sumas de millones, lo que supone un problema complejo y costoso, “pero que alguna vez habrá de afrontarse, máxime cuando ahora la ubicación de industrias acogiéndose a los beneficios del Polo de Promoción, requieren edificaciones para albergar a los diecisiete mil nuevos puestos de trabajo que fácilmente supone cuarenta mil almas más, o sea, la mitad de la actual población burgalesa”.

Maqueta del cuartel de Infantería Rodrigo Diaz de Vivar, situada en el Museo Militar de Burgos

Mientras se sigue especulando con el asunto se llega a 1971, en enero de este año el Ejército a través de la Junta Central de Acuartelamiento valora los cuarteles de la calle Vitoria en 153 millones de pesetas. Este precio no puede ser asumido por el Ayuntamiento y delega en la Caja de Ahorros Municipal el cometido de adquirir los solares de los viejos cuarteles.
Este hecho causa gran polémica, empezando por la otra gran caja de la Ciudad, la Caja de Ahorros del Círculo Católico, la cual se quejó en diversas ocasiones entre 1969 y 1972 de no ser tratadas ambas entidades por igual a pesar de tener el mismo rango jurídico, y mostró su disposición a concurrir financieramente.
Finalmente el 21 de julio de 1972 el Consejo de Ministros autoriza la operación de los cuarteles y el 5 de febrero se dispone la escritura notarial de compra venta por el Estado de los cuarteles de San Pablo (Caballería), Rodrigo Díaz de Vivar (Infantería) y Fernán González (Artillería) por doscientos millones a pagar en cuatro veces.

De este hecho el periódico de tirada nacional ABC daba testimonio en la noticia “El Ayuntamiento adquiere los cuarteles militares de la ciudad” (2), haciendo referencia al obstáculo que constituía para el ensanche urbano, y a la eficaz ayuda que el Ejército ha brindado al Ayuntamiento para solucionar el “problema del siglo”. La noticia cita los 200 millones de pesetas que el Ayuntamiento debía abonar al Ejército por los 87.000 metros cuadrados, que medía la superficie de los cuatro antiguos cuarteles. Además hace mención a la intención de convocar un concurso nacional al que se confiaba acudieran los mejores especialistas en arquitectura y urbanismo.
Una vez consumada la venta, surgieron otras polémicas, sobre la reconversión urbana de los antiguos cuarteles, una de ellas fue el futuro diseño, usos y urbanización de los amplios solares. Surgiendo reivindicaciones como que se reservase espacios para un gran parque público.
La polémica de la financiación de la compra y la participación de la Caja de Ahorros Municipal no termino con la firma en 1972. Tras un pleno del Ayuntamiento el 12 de junio de 1974 en el que el concejal Leonardo Carcedo Ojeda cuestiona tanto el precio pagado como el papel de la entidad de ahorros. Se hacen eco diversas publicaciones nacionales, entre ellas Sábado Gráfico, Arriba, El Papus y La Vanguardia (3).
En la noticia de La Vanguardia titulada "El Ayuntamiento vende unos solares –más de 140 mil metros cuadrados- por la décima parte de su valor", manifestaba que los 200 millones de pesetas pagados por la Caja de Ahorros Municipal, por la compra de los solares militares habían sido diez veces menor al del mercado. En la noticia se expone que “se da la circunstancia de que por la índole específica de la entidad compradora, el propio alcalde de la ciudad es presidente nato de la misma y un buen número de concejales figuran como consejeros”. Situación que envolvía de más polémica si cabe a la “operación cuarteles”.

Vista superior de los cuarteles de la calle Vitoria, en primer plano el de Caballería y al fondo el de Infantería. AMBu 23625-10 



En este mismo periódico el 29 de junio de 1974 se publicaba la carta del Alcalde de Burgos “La venta de los cuarteles de Burgos”(4), en ella el alcalde de Burgos, don José Muñoz Ávila, ruega la publicación de la siguiente carta relacionada con la información publicada en el periódico La Vanguardia el día 21 de junio sobre la venta de diversos solares en los que estaban ubicados los cuarteles de Caballería, Infantería y Artillería;
«Sin perjuicio de ofrecer a toda la prensa nacional la posibilidad de examinar el voluminoso expediente administrativo instruido, estima este Ayuntamiento una obligación dejar constancia de lo siguiente:
1) Que dichos solares eran propiedad del Ejército y en modo alguno del municipio, como se ha dicho.
2) Que constituyendo una larga aspiración de la ciudad la desaparición de los cuarteles por afectar negativamente a su desarrollo urbanístico al estar emplazados en la zona de expansión, se iniciaron las gestiones oportunas que cristalizaron en resultado positivo, dado la buena disposición del Ministerio del Ejército, consciente del problema que para la ciudad representaba la permanencia de los cuarteles en su actual ubicación.
3) Que en base de este acuerdo inicial se llevó a efecto la valoración de los solares interviniendo técnicos del Ayuntamiento y del Ministerio del Ejército cifrándose la peritación en 200 millones de pesetas con una superficie total de 31.260,81 metros cuadrados en lugar de los 140,102 que se hacen figurar en el artículo de referencia.
4) Que el Ayuntamiento pretendió adquirir los repetidos solares, teniendo que desistir de ello al carecer de medios económicos propios, sin que tampoco pudiera acudir al crédito oficial o privado, al tener agotado su capacidad crediticia comprometida hasta el máximo que permiten las disposiciones legales.
5) Que por ello se arbitró la fórmula de que fuese la Caja de Ahorros Municipal de Burgos, de la cual el Ayuntamiento es fundador y patrono, la que afrontase la operación sobre la base de que al ser una entidad que no persigue estatutariamente el lucro, el posible exceso que sobre el precio de adquisición se pudiera obtener se aplicaría en obras sociales en beneficio de la ciudad.
6) Que tal operación y en tal forma fue aprobada por el Consejo de Ministros en su reunión de 21 de julio de 1972.
7) Que la Caja de Ahorros Municipal tiene adoptado acuerdo en el sentido de que si en cualquier momento el Ayuntamiento llegue a tener disponibilidades económicas suficientes, se halla dispuesta a cederle los mencionados terrenos por el mismo precio. Esta es en síntesis, y a grandes rasgos, la verdad de lo ocurrido. El Ayuntamiento al intervenir en la operación, así como la Caja de Ahorros Municipal, no ha perseguido lucro alguno. Sólo procurar el embellecimiento de la ciudad, disponiendo de unos solares en el centro urbano de la misma.
Burgos, 26 de junio. El alcalde de Burgos.

1976, Foto Fede, Memoria gráfica de Burgos Tomo III



Tras la carta del alcalde, el Ayuntamiento presentó posteriormente una demanda contra los noticiarios: Arriba, La Vanguardia, El Papus y Sábado Gráfico porque "...en diversos periódicos y revistas se han publicado desde el pasado mes de junio noticias atentatorias contra la actuación municipal del Ayuntamiento de Burgos" (Ortega, 2005: 384). En los siguientes meses continuó la polémica, a su vez surgió un movimiento vecinal de recogida de firmas exigiendo la devolución de la propiedad al Ayuntamiento, e incluso el nuevo alcalde José Muñoz Ávila recibió amenazas.

Hasta que el Ayuntamiento se ve obligado a rectificar, y en marzo de 1975 recompra a la Caja de Ahorros Municipal los solares de los antiguos cuarteles, tras pagar 272 millones, cantidad que incluía el valor de los solares, los intereses derivados, la indemnización a los PP. Dominicos por el cuartel de Caballería (19 millones) y el coste del derribo. Además para evitar nuevas polémicas el consistorio “limita el número de alturas y espacios edificables, por lo que la construcción de los inmuebles queda casi exclusivamente en manos de cooperativas, al no representar un negocio para las empresas inmobiliarias.” (Ortega, 2005: 385).
Finalmente la “operación del siglo” puede considerarse beneficiosa para el Ayuntamiento.
Desde el punto de vista económico “a los dos años de pagar los 150 millones de pesetas primeros, recibió de la venta de uno solo de los cuarteles de la calle Vitoria más del doble de lo que le iba a suponer el desembolso total” (Merino, 2002b: 144). Y desde el punto de vista urbanístico “la ciudad contará con 90.000 metros cuadrados de suelo, en una zona céntrica en la que se puede corregir hipotéticamente los graves errores que hasta entonces presentaba el urbanismo burgalés.” (Ortega, 2005: 384-385)
Estos cambios propician un plano en 1980 muy diferente. La superficie urbana de la ciudad se ha duplicado, mientras los cuarteles más cercanos al centro histórico han desaparecido.
Estos hechos provocan que el porcentaje de suelo militar respecto al total de la superficie urbana, se reduzca de un 20% en 1960 a un 9% en 1980.

Solar de los cuarteles de Infantería Rodrigo Diaz de Vivar y de Artillería Fernán González de la calle Vitoria. Fecha: aprox.1978

(1) “Los cuarteles de Burgos dificultan la expansión urbana”, Felipe Fuente, La Vanguardia Española, viernes 8 de mayo de 1964. P. 6
(2)“El Ayuntamiento adquiere los cuarteles militares de la ciudad”, J. Salgado Espinosa, ABC, Domingo 6 de agosto de 1972. Pag. 28
(3) "El Ayuntamiento vende unos solares –más de 140 mil metros cuadrados- por la décima parte de su valor" Felipe Fuente, Viernes 21 de junio de 1974, La Vanguardia Española p.9
(4) “La venta de los cuarteles de Burgos” sábado 29 de junio, La Vanguardia Española, p.26

Plano de las instalaciones militares en Burgos en el año 1922


Las instalaciones militares y su significado en el plano urbano de la ciudad de Burgos.
Miguel Espinosa Ortega

viernes, 11 de noviembre de 2016

La Legión Cóndor en Monasterio de Rodilla

A través de las imágenes que el fotoperiodista alemán Mensing realizó en durante su estancia en España coincidiendo con la Guerra Civil, tenemos el testimonio gráfico del Grupo de instrucción de artillería que se situó en la provincia de Burgos, entre el Puerto de la Brújula y Monasterio de Rodilla en 1938.

Secuencia del antes y después de un momento de instrucción en Monasterio de Rodilla.

Estas imágenes se encuentran en el “Bundes Archiv”, y por ellas sabemos que Mensing en su viaje a España entre marzo y abril de 1938 estuvo primero en Granada, el 14 de marzo en la base de carros de Arguijuela (Cáceres), el 16 de marzo en la base de la Legión Cóndor situado entre Carranque (Toledo) y Cubas de la Sagra (Madrid), el 4 abril en Monasterio de Rodilla (Burgos) y el 7 de abril de 1938 en el frente del Ebro, entre las localidades de Maella y Caspe (Zaragoza).
Posteriormente entre Septiembre y octubre de 1939 estuvo en las localidades polacas de Sochaczew, Wlochy y Varsovia, llegando a fotografiar a Hitler. En Mayo de 1940 estuvo en Maastricht (Países Bajos), mientras en Septiembre de 1940 vuelve a Polonia, a la localidad fronteriza con Ucrania de Tomaszow Lubelski.


El Grupo de instrucción de artillería de Monasterio de Rodilla.
Este centro de instrucción de artillería estuvo dirigido por oficiales alemanes de la Legión Cóndor. Esto se debe a que desde octubre de 1937, la Jefatura de Movilización, Instrucción y Recuperación (MIR), programó en la zona nacional cursos para oficiales de complemento dirigidos por oficiales alemanes e italianos. En principio los alemanes se encargaban de los destinados a la infantería, y los italianos de los de artillería, ingenieros u caballería.
Pero la participación del Coronel alemán Wilhelm Ritter Von Thoma[1], jefe del contingente de instructores “negrillos”[2], que con la excusa de falta de material, hizo sus propias gestiones para recibir el material necesario de artillería, para así conseguir la dirección de los cursos de  instrucción artillera, con la excusa de que el material alemán debía ser enseñado por ellos mismos. Aunque este moderno material llegaría únicamente con fines de instrucción, dándose la paradójica situación de que se instruía en materiales mucho más modernos de los que se utilizaban en el frente.


A principios de 1938, el general Orgaz envió un escrito al General Jefe de la 6ª Región Militar comunicándole que se organizaba en la provincia de Burgos un Grupo de Artillería en Monasterio de Rodilla y una Compañía mixta de zapadores y transmisiones en Fuentes Blancas.
Debido al compromiso con los italianos, el MIR no convocaría ningún curso para oficiales y suboficiales de artillería. En su lugar el Grupo de Instrucción de Artillería de Monasterio de Rodilla (conocido informalmente como “Grupo Experimental”), quedó dependiente administrativamente del 11 Regimiento Ligero de Artillería, siendo numeradas como 53º la batería ligera y 54 la pesada. La Jefatura del MIR designó como Jefe del Grupo de Instrucción de Artillería al Capitán D. Antonio Lucena, el cual a 9 de marzo lo componían 215 hombres, y a 2 de mayo se daba cuenta al Generalísimo que estaba en condiciones de servicios de campaña, cuando ya contaban con 14 oficiales, 63 suboficiales y 380 soldados.
El grupo de instructores alemanes enviado para formar y enseñar en el manejo de los equipos alemanes, estaba al mando del Oberstleutnant[3] Walter Lucht, el cual llego a España en agosto de 1937. Le acompañaban los comandantes Lehmann y Kaul, los tenientes Rohbach (armero) y Tiehe, los alféreces Petzold, Bodlée, Rauchfuss, Heidecke, Skorzewesky y von Gross, además de los brigadas Hillmann y Manningel.  



A nivel armamentístico, el grupo contó con el moderno material del III Reich, como eran los obuses pesados “schwere Feld Haubitze sFH 18 (149/29,5)” de 15 cm y los ligeros “leichte Feld Haubitze leFH 18 (105/26)” de 10,5 cm, producidas por la casa Rheinmetall. Posteriormente se formaría una tercera batería, la 58º, con cuatro cañones K18 de 10,5 cm.
El 26 de agosto se remitía por última vez por parte del coronel Lucht al General Orgaz el “Plan de Instrucción” que había elaborado para su aprobación, debido a que dos días más tarde el Generalísimo Franco ordena poner a disposición del Ejercito del Norte el Grupo de Instrucción para su utilización en el frente del Ebro. El mismo día 28 el Grupo saldría en dirección de la localidad tarraconense de Caseras, entrando de esa manera en el frente de operaciones. Finalmente el 14 de noviembre el Grupo recibe la orden de volver a la plaza de Burgos, para retomar su misión original de instrucción, pero debido a que Monasterio de Rodilla fue ocupado por unidades de morteros, el Grupo se estableció en Briviesca.
En la localidad burebana se realizó en enero de 1939, un curso para cuatro oficiales, un brigada, catorce sargentos, treinta y cinco cabos y treintaicinco artilleros. Con el final de la contienda, el 20 de abril de 1939, el material pasó a manos del Ejército nacional, el personal de la escuela de Artillería de Briviesca sin destino y el Grupo de Instrucción de Artillería disuelto.
Posteriormente en el puerto de la Brújula, seguiría siendo usado como campo de tiro de las unidades de caballería hasta los años 80.





[1] El coronel von Thoma, fue el jefe del Panzer Gruppe “Drohne” (nombre clave: “zángano”) grupo de instrucción, inspección y mantenimiento de las unidades de carros de combate y cañones antitanques adscrito al Panzerabteilung “Imker” (nombre clave: apicultor).
[2] El término “Negrillo”, se utilizó de forma oficial para designar a todo material o armamento procedente de Alemania, al igual que el de “Legionario”, al de Italia, no solo los Carros de Combate.
Orden del Cuartel General del Generalísimo de 3 de Noviembre de 1936:
“Estado Mayor. Salamanca .Reservado. El Generalísimo, al General Jefe del Ejército del Norte. Ávila. He resuelto que no vuelva a emplearse en ninguna clase de comunicado escrito o verbal transmitido por cualquier medio, incluso cifrados, las palabras Italiano o Alemán o otras análogas que encierren idea, así como tampoco se diga modelo tal o cual, cuando tal o cual sean palabras que determinen procedencia no Española. Los italianos deben denominarse Legionarios y los Alemanes Negrillos. Difunda entre las autoridades y fuerzas dependientes de V.E. lo mas rápidamente posible esta decisión y acúseme recibo.”
[3] Teniente Coronel




Miguel Espinosa