viernes, 9 de julio de 2010

Parque de Artillería de Burgos


El Parque de Artillería de Burgos con más de 500 años de historia desde su ubicación inicial en el Castillo de la Ciudad, cuando en 1424 el Rey Juan II de Castilla ordenó a Diego Fernández de León, a la sazón encargado de Artillería, acumulase toda clase de pertrechos y municiones en su interior, pues el arma de artillería se encontraba en pleno ascenso y era necesario buscar un lugar adecuado para el almacenamiento de los materiales.

A partir de este momento la historia de la Artillería burgalesa correrá pareja a la del Castillo puesto que éste se constituirá durante cuatro siglos en el más importante núcleo artillero del norte peninsular y uno de los principales de toda España.

En el año 1430, Juan II nombra alcaide del Castillo a Juan de Luxan a la par que ordena la compra de 500 quintales de pólvora para poder hacer frente a las necesidades armamentísticas en la contienda con Navarra.

Poco después se comenzaría también la fabricación de la pólvora y, a finales del siglo XV, se procedió a realizar fundición de piezas de artillería, aunque no llegó a alcanzar el renombre y auge de la fábrica de pólvora.

Fernando el Católico convierte la fortaleza, a principios del siglo XV, en una gran Maestranza donde se fabrica y recoge artillería, municiones y otros útiles artilleros.

En 1521, tras tomar Burgos parte por la causa comunera, el castillo sufrió ciertas modificaciones en su infraestructura y quedó reducido a una serie de grandes almacenes y depósitos de pertrechos, prestando servicio como fábrica de pólvora, depósito, Maestranza de Artillería y fundición de piezas de artillería.

Durante el reinado de Carlos I, por la mayor proximidad de Burgos a los campos de batalla, el Castillo se especializó en la reparación y almacenamiento de artillería procedente de Flandes.

Felipe II dio un mayor impulso, si cabe, a la fabricación de pólvora; concedió importantes sumas de dinero para la realización de obras que permitieron hacer cuartos en las torres del castillo para repartir la pólvora, y perfeccionar los molinos para confeccionarla, etc. La pólvora que se fabricó por aquel entonces se envió a Lisboa para su embarque en las naves que integrarían la ‘Escuadra Invencible’. Otros efectos, como arcabuces y morriones, almacenados en el Castillo el cual vivió por entonces una de sus más esplendorosas etapas como Parque y Maestranza, se mandaron a Santander y La Coruña que estaban sometidas permanentemente a asedios por parte de los ingleses.

En 1580 S.M. el Rey Felipe II ordena la creación de una nueva Escuela de Artillería en Burgos, que se establece en su Castillo, alcanzando fama señalada completándose así las diversas funciones artilleras de la Fortaleza (en 1542 funcionaba una Escuela de Artillería, en la calle San Juan, fundada por el Rey Carlos I, considerada la primera de España).

En septiembre de 1592 el Rey visita la ciudad disparándose salvas de honor, con artillería bajada del castillo, a las orillas del río Arlanzón.

El reinado de Felipe III supone el decaimiento del centro, pese a que continuará prestando servicios como depósito de armas, piezas y municiones. Sin embargo, cesa la fabricación de pólvora y la fortaleza es utilizada como prisión del Estado en el siglo venidero. Los polvoristas del castillo se repartieron entre el resto de las casas de munición y los carpinteros y demás obreros quedaron desocupados, trasladándose a Pamplona y a la villa santanderina de Liérganes todos los remanentes de salitre, azufre y parte de la pólvora guardada en los almacenes.

Hacia la mitad del siglo XVII se cierra una época de la historia del Castillo. Será hasta la guerra de la Independencia, cuando Napoleón redescubre la fortaleza como centro estratégico de importancia y lo utiliza para sí.

Transcurren cerca de dos siglos de silencio, sólo perturbados por un voraz incendio que destruye la fortaleza en 1736, que duró varios días y de cuya extinción el vecindario se desentendió totalmente. Las dimensiones del desastre aumentaron de año en año por la acción de los vecinos que se apropiaron de los materiales para realizar sus propias construcciones.

En la guerra de la Independencia, las jerarquías napoleónicas descubren las posibilidades que la fortaleza presenta para atacar y defender, ordenando la ejecución de una serie de obras defensivas para recomponer el alcázar, a la vez que se concentran fuerzas en él y se traen recursos y se convierte en un almacén central de provisiones y depósito de abastecimientos, aumentándose el número de trabajadores.

Tras varios asedios fallidos, el General Wellington va a tomar la fortaleza, no antes de que los franceses procedieran a su voladura el 13 de junio de 1813.


Probablemente el convento de San Ildefonso cubrió las necesidades de disponer de un lugar donde aparcar los materiales de artillería, así como de repararlos, desde el final de la guerra hasta 1823 y, entre 1823 y el año 1843, antes de volver a ese convento, los almacenes y talleres debieron estar en Colegio de San Nicolás.

El periodo de vida más reciente del Parque de Artillería tiene el punto de arranque marcado en su asentamiento en el convento de San Ildefonso en la calle Santander tras la creación, en 1840, por orden de S.M., el 7 de abril en la ciudad de Burgos, la Maestranza y 5º Departamento de Artillería.

En el año 1843 se instala la Maestranza nuevamente en el Convento de San Ildefonso, como ya se ha apuntado, donde permanecerá hasta 1957.

Foto de 1951, Foto Fede, Memoria gráfica de Burgos Tomo I 


En 1918 pasa a denominarse 11º Depósito de Reserva de Artillería, en 1933 Parque Divisionario de Artillería nº 6 y en 1937 Parque de Artillería del Ejército del Norte.

Durante la Guerra Civil el Parque fue depósito y centro de abastecimiento de armamento y material de artillería, así como de municiones; y también fue centro donde se llevaron a cabo importantes tareas de mantenimiento. Fue el principal suministrador del Ejército del Norte, pasando de 48 hombres de plantilla a 5000 en un breve espacio de tiempo, con 334 locales en 61 pueblos. Es destacable la decisiva actuación de sus mandos: Comandante del Castillo, Capitán Del Monte, Teniente Ortiz Ribadeneira; el ejemplo demostrado; los ejemplos de pundonor (Tte. Trápaga, Bgda. Reoyo …. y los hechos heroicos durante la contienda (explosiones en Briviesca y Gamonal; accidentes en ‘Pichis’, etc ….).

Finalizada la guerra, mueren a causa de una explosión en Vitoria, el Capitán D. José Mª Aracama y el Teniente Carlos Abreu. La denominación en estos momentos es la de Parque y Maestranza de Artillería de Burgos.

En 1945 se traslada al Parque la Escuela de Aprendices y en 1947 la Orden de la Plaza publica una mención honorífica a todos los que colaboraron en la extinción de un incendio producido en el Parque.



En 1957 el Parque se traslada a la zona de la Academia de Ingenieros, en lo que posteriormente se conocerá como Santa Bárbara. En 1975 se denomina Parque y Talleres de Artillería de la 6ª R. M., el 12 de febrero de 1981 pasa a llamarse Parque de Artillería de la 6ª R.M. Por último el 5 de marzo cambia su denominación a la de Parque de Artillería de Burgos.

En rojo el antiguo Parque de Artillería, 1968
Foto Fede, Memoria gráfica de Burgos Tomo II

A partir de 1987 el Parque de Artillería se integra en la Agrupación de Apoyo Logístico nº 51, según la reestructuración prevista dentro del plan META, por la que se pierde la identidad del Parque como tal Unidad artillera, para adoptar a partir de ese momento un carácter funcional como GRUPO DE MANTENIMIENTO V/51.





3 comentarios:

  1. Buen trabajo, buen trabajo!!

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  2. La historia que cuenta del castillo esta llena de inexactitudes. Wellington no lo tomo en 1813. Hizo un solo asedio en otoño de 1812, pero fracasó por el buen hacer de los ingenieros franceses Pinot y Dehón bajo las ordenes del General Doubleton.

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  3. La historia que cuenta del castillo esta llena de inexactitudes. Wellington no lo tomo en 1813. Hizo un solo asedio en otoño de 1812, pero fracasó por el buen hacer de los ingenieros franceses Pinot y Dehón bajo las ordenes del General Doubleton.

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